Te vamos a ilustrar sobre...
Queremos domesticarte.
Sí, has oído bien. Te lo decimos con todo el cariño del mundo: te queremos domesticar.
Seguramente no entiendas nada y te estarás preguntando de qué va esto de domesticar.
-¿Qué significa domesticar?
-Es una cosa demasiado olvidada -dijo el zorro- significa «crear lazos».
-¿Crear lazos?
-Sí -dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.
Somos una marca más entre miles de marcas. Eres un usuario más entre miles. Por esta razón, queremos domesticarte; porque queremos ser únicos para ti y que tú lo seas para nosotros.
[…] ¿Ves allá esos campos de trigo? Yo no como pan . Para mi el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo…
Se trata de que nuestra marca importe, no por lo que decimos o hacemos, sino por lo que significamos para las personas.
Lección real nº 1: SIGNIFICAR
«Lo realmente importante no es lo que haces, sino lo que significas para alguien». (Branzai)
-¿Qué hay que hacer? -dijo el principito.
-Hay que ser paciente -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca…
Aunque te queramos domesticar, no te vamos a atar. Queremos que seas tú el que elijas venir con nosotros. Sin prisas, poco a poco, nos iremos acercando a ti hasta que te importemos.
Lección real nº 2: PACIENCIA
No tengas prisa. Que cada paso que des con tu marca sea una razón por la que quieran estar contigo.
Cada día nos encontramos y nos miramos. Pero no es suficiente con mirarnos. Nos tienes que «ver».
Lo que se ve, nuestra identidad visual, verbal, etc. tiene que ser un reflejo de lo que somos, de lo que hemos construido; un reflejo de nuestra misión, de nuestros valores, de nuestra propuesta de valor… para que cuando nos veas todo tenga un sentido, un significado.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
– Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito, a fin de acordarse.
Lección real nº 3: CORAZÓN
«Lo que se ve ha de ser un reflejo de lo que somos, por eso hemos de construir nuestra marca desde dentro, desde el corazón».
Bueno, parece que tenemos mucho trabajo por hacer: necesitamos conocerte, comprenderte y encontrar la manera de que «nos veas» y signifiquemos algo para ti…
¡Vaya! Al final, parece que eres tú el que nos has domesticado.
Instirados en Branzai y su artículo, No necesitas un Logo, necesitas una Marca.
Me ha fascinado el post y las lecciones.
He quedado queriendo más, de hecho…
Y sí, son tantas las lecciones, todas tan llenas de lógica y sentido común, que terminamos no comprendiendo el por qué no las implementamos de forma natural.
Bravo por esta iniciativa.
Gran abrazo.
¡Muchas gracias, Arnaldo! Parece mentira que un libro tan pequeñito esconda tantos tesoros. Porque, de hecho, la conversación entre El Principito y el zorro es solo una de sus joyas. Hay unas cuantas lecciones más (de marketing) que quizás más adelante «ilustremos». Gracias por venir a visitarnos. Un abrazote.
Siempre que pueda, mi Estimada…