En una charca no muy lejana… vivían felices tres ranas. Justo al otro lado de la misma nació una preciosa flor.
Los pequeños batracios quedaron hipnotizados ante su belleza y se volvieron locos de amor. Solo había un problema: eran tres para una sola, toda una carambola.
La primera rana estaba decidida a tenerla. Pero, ¿cómo podía llamar su atención? No era muy distinta a sus dos compañeras. Ahí estaba el quid de la cuestión: en la diferenciación.
Se puso sus mejores galas, unas plumas por aquí, unas flores por allá… y así, un buen día, se armó de valor y saltando de nenúfar en nenúfar, se fue acercando a la flor… hasta que un pájaro muy vivo, que la confundió con un insecto, se la zampó.
Moraleja: conoce bien tu mercado si no quieres convertirte en un apetitoso bocado.
Las otras dos ranas, visto lo ocurrido, decidieron…
Continuará :-)
Te vamos a ilustrar sobre...